miércoles, 8 de junio de 2011

Hogares Admirables

 
“Y los tuyos edificaran las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantaras, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de viviendas en ruinas”
DIOS nos ha encomendado la tarea de reconstruir, de producir cambios morales y espirituales en los hogares, retomar los valores que han sido sumergidos por el afán y la ansiedad de este mundo, para todos aquellos que han dejado de lado lo que en un principio creían, por correr o ir en pos del  “éxito” de este mundo. Olvidando a DIOS, principio de todas las cosas y punto de partida de todo aquello que deseamos iniciar.
Nuestro anhelo es que  así  como  DIOS despertó este interés en nosotros, que cada uno pueda detenerse en la carrera personal,  poder mirar alrededor y dentro de si mismo, que pueda mirar su entorno y  les duela el hecho de que somos objeto de burla, de oprobio y hasta de vergüenza  por causa del enemigo que siempre quiere tener el control de nuestras vidas.
Que cada uno pueda dejar las frivolidades de este mundo, el facilismo, el conformismo, y se levante a pelear la buena batalla de la fe. Donde las promesas y los planes de DIOS para nuestra vida se hacen realidad, se cumplen en el si,  y en el amen.
Debemos entender que DIOS tiene un plan maravilloso para nuestras vidas y si lo que estamos viviendo no abarca ese plan, es por que algo no esta funcionando como EL lo diseño. Muchos hijos de DIOS se han salido de sus planes, pensando que les puede ir mejor, como le sucedió al hijo prodigo. Lc 15:11
Es tiempo de ser osados, atrevidos, aguerridos.  Al punto de que enfrentemos al enemigo y luchemos. Volvamos a la senda antigua al propósito de DIOS. Hagámoslo por nosotros por nuestros hijos, por nuestras familias, por esta tierra hermosa que el Señor nos dio, para que nos señoreáramos de ella.
  Es tiempo de reparar, de reconstruir. LEVANTEMONOS Y EDIFIQUEMOS.
Con este sueño en nuestro corazón  como  lo es  la restauración de   las familias, a través del conocimiento de DIOS y el establecimiento de CRISTO en cada corazón, se crean grandes objetivos, metas que alcanzar en nuestra congregación. ¿Quienes lo harán?, ¿Cómo? Es por esto que deseamos trabajar en conjunto, teniendo el conocimiento tanto de lo que tenemos, como de lo que deseamos alcanzar.
El primer objetivo es formar obreros servidores con compromiso y pasión en lo que están haciendo. Si  somos llamados restauradores  de hogares, es necesario que sirvamos en familias, unidos, cada servidor  personalmente será restaurado,  reedificado y  de esa manera poder ir y restaurar a otros. Debemos  formar  servidores, que estén claros con la visión, que tengan los mismos sueños, que puedan dar testimonio de que, lo que están haciendo funciona.
Por esto todo, lo que se enseña a los hogares debe ser impartido personalmente en cada servidor. Esto da convicción de que lo que están haciendo es real.
El desafío personal es muy importante, esto nos impulsa a crecer, madurar y desarrollar nuestra confianza en DIOS  y nuestra dependencia de EL.
Tenemos la tarea de reparar los portillos y de reedificar lo que esta en ruinas, para esto debemos someternos a diferentes cambios, mientras servimos en la restauración cada servidor deberá dejarse moldear por DIOS, sensibilizarse con respecto al prójimo, crecer en cuanto a los dones y habilidades, ayudar a que en cada etapa de reconstrucción  nazcan nuevos servidores. 
Culminando cada etapa podremos ver el trabajo en la obra y cuanto hemos avanzado, la obra es grande y extensa pero nosotros tus hijos nos levantaremos y edificaremos.  
El  inicio de la primera etapa será enfocado primordialmente al crecimiento personal en cada uno de los involucrados, formación de nuevos lideres, no todos querrán participar en el trabajo de reconstrucción; pero una vez vistos  los resultados se irán integrando muchos. La segunda etapa se enfocara en la consolidación del trabajo realizado en la primera etapa, creación del compromiso personal de cada creyente con DIOS y la introducción de los restaurados a la iglesia.
Con un cuerpo de Cristo capacitado para recibir a sus hermanos podremos ver que el trabajo de restauración es eficiente, Contamos con seis meses para la restauración de cada sector.  Una vez cumplida esta etapa la iglesia deberá estar lista para mantener a sus hijos a través del discipulado personal y la clase 101 de membrecía.
La visión abarca dos etapas donde podremos ver el desarrollo tanto de servidores, como de  nuevos creyentes, nuestro objetivo no solo abarca el crecimiento de la iglesia, sino el crecimiento de cada una de las personas que se involucren en la restauración, esto traerá como resultado lógico el crecimiento de la membrecía y del compromiso con DIOS. Hemos sido objeto de burla por mucho tiempo lo que ha producido que las iglesias estén deshabitadas, una vez restaurados los muros, volveremos a poblarlas como resultado de la misma restauración.
Los triunfos nacen cuando nos aventuramos a comenzar y hacer algo nuevo, renunciando a la seguridad humana y nos arriesgamos a depender de DIOS.
La gente se siente más cómoda en una rutina conocida, siguiendo estrategias, que en las turbulentas aguas del cambio, muchos tenemos la tendencia a encontrar una rutina cómoda y quedarnos en ella. A veces las cosas son tan sencillas y simples que olvidamos ponerlas en practica.  Hogares Admirables puede ser parte de este cambio que muchos estamos esperando entonces “Levantémonos y Edifiquemos”.

sábado, 4 de junio de 2011

Una visión que establece metas



Visión es la capacidad de ver lo que puede y debe hacerse, y como lograr hacerlo. Las tragedias que están ocurriendo en la sociedad -abortos, crímenes. divorcios. opresión al pobre. abuso a la niñez. hipocresía. multiplicación de la maldad- se deben en gran medida a la falta de visión en el Pueblo de Dios. Es muy fácil echarle la culpa de todo al diablo. Yo no lo defiendo. pero lavamos las manos diciendo que «el diablo me hizo hacerlo» no es toda la verdad bíblica.La verdad es que el mundo está como está porque un gran sector de la Iglesia también está como está. Si la Iglesia esconde su luz debajo de un cajón llamado edificio, y pierde su sabor porque le echademasiada agua de alegría a su fiesta interna. el mensaje y la vida se diluyen y el mundo no es guiado por el camino correcto. ni recibe el estímulo de buscar vida verdadera en Cristo.

Cuando no hay visión la gente comienza a quebrantar la ley. Cuando no hay revelación la gente peca y se desenfrena. «cada cual se aparta por su camino. todos se descarrían como
ovejas». Por eso cada cinco segundos ocurre un crimen violento en los Estados Unidos: roban un automóvil. asaltan una casa. violan a una mujer. abusan de un niño. Cada año, solo en los Estados Unidos. mueren más de dos millones de niños asesinados por el aborto. Solo en el área de Los Ángeles. California, cada día muere balaceado un muchacho adolescente ligado a las pandillas. Cada año más de un millón de chicas menores de dieciocho años quedan embarazadas. Por lo menos seiscientas mil abortan. De cada cien muchachos hispanos que ingresan en la escuela, solo cincuenta terminan la escuela secundaria. Los otros cincuenta terminan en las pandillas, las cárceles y los cementerios.
Y estos números que más que estadísticas ¡son seres humanosl- comienzan a repetirse en las grandes ciudades latinoamericanas. ¿Por qué los hombres son infieles a sus esposas? ¿Por qué el pobre corre a gastar su salario en licor? ¿Por qué los jóvenes se vuelven rebeldes contra sus padres y buscan en las relaciones sexuales desenfrenadas o en la droga respuestas que no hallaron en casa? ¿Por qué los ricos se endurecen contra los necesitados? Porque hay falta de visión. Cuando los cristianos no tenemos visión y no enseñamos a la gente a establecer metas correctas en la vida, no respetamos la ley, nos lastimamos unos a otros, nos destruímos entre sí.
¡Gracias a Dios, hay muchos ministerios orando que Dios mande un avivamiento! Cuando nació la Iglesia. su vida santa. sencilla y práctica impactaba al pueblo. Así lo describe Hechos: «Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas. comían juntos con alegría y sencillez de corazón. alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.Y el Señor añadía cada día los que habían de ser salvos» 
La Iglesia se ganaba el favor de todo el pueblo de jerusalén con su manera de vivir. Como resultado, cada día -no cada domingo ni en cada cruzada evangelizadora- el Señor agregaba o añadía a la vida de la Iglesia los que se estaban salvando. Los de afuera decían: «Cómo se alegran juntos, cómo se aman, cómo se ayudan. cómo viven en santidad y compañerismo. iQué bueno debe ser formar parte de esa gente!»
Hoy día no es exactamente igual. Por eso la sociedad no reacciona igual. Cuando no tenemos una visión que establece las metas, la gente no respeta la ley, se lastiman unos a otros, se destruyen entre sí. Cuando no hay visión en la iglesia, los cristianos se dividen, las iglesias se atrincheran en sus posiciones exclusivistas, cada uno construye su propio reinito y lo monopoliza excluyendo a los demás. Si Cristo viniera el próximo domingo a pasar un día en la tierra. ¿a cuál reunión de iglesia iría? Quizás tendríamos que ir a verlo predicando en las calles, sanando a los enfermos. amando a los niños y bendiciendo a los desconsolados. Yme temo que el fariseísmo religioso lo volvería a crucificar, porque Cristo no se adaptaría a los moldes que imponen.


Tomado del Libro El Poder De Su Presencia
De Alberto Motessi.

viernes, 27 de mayo de 2011

¡Para mí todo Es Maravilloso!


Una vez tuve un profesor de Ciencias Sociales que solía decir: -"Para mí todo es demasiado maravilloso". Esa era la frase que decía cuando se encontraba en una disputa verbal, sin una respuesta a una pregunta compleja. Cuando buscamos respuestas en un mundo complejo, podríamos decir también "para mí todo es demasiado maravilloso". El mundo en el que vivimos es complicado
y muchos luchan para tratar de entenderlo. Las guerras comienzan al estrellarse los aviones en los edificios. El odio impregna el planeta como un virus que busca devorar todo en su camino. Miles se quitan la vida cada año en busca de alivio de su gigantesco dolor emocional. Cuando vemos las noticias encontramos una tragedia tras otra dentro de una sociedad que anhela encontrar significado
y respuesta. En las principales áreas metropolitanas del mundo las bandas de delincuentes crecen a un paso astronómico. La tasa de crimen violento sube día a día.
El promedio de divorcios sobrepasa el 50% en muchos países y la violencia doméstica sigue aumentando. Familias continúan desintegrándose a pesar de las buenas intenciones de los movimientos conservadores, que buscan encontrar cambios a través de la legislación y de la acción política.

Los niños son inmersos en drogas, sexoy violencia a más temprana edad con cada generación. Los padres encuentran difícil hablar con sus hijos, y los niños encuentran difícil ser entendidos y aceptados por sus padres.

La mayoría estaría de acuerdo en que es mejor ver sus programas favoritos de televisión sin sus padres cerca. Los baches generacionales que antes ocurrían cada treinta a cuarenta años, ahora ocurren cada tres o cuatro. ¿Para usted todo es demasiado maravilloso? ¿Lo abruman los problemas de la vida? ¿Busca respuestas a su complicada vida? ¿Alguna vez sintió deseos de decir: -"¡Detengan la Tierra, deseo bajarme!"?
¿Es el lugar que pisa arena movediza? ¿Tiene dificultad en encontrar algo firme de lo cual asirse? ¿Sus decisiones son gobernadas por la ansiedad y sus planes por el temor? ¿Está atrapado en el mismo círculo vicioso y en los patrones que lo han tenido atascado por años? ¿Se pregunta a menudo si esto terminará algún día? ¿Hay cuestiones en su vida que todavía no ha podido resolver?
Dése una buena mirada en el espejo. Pregúntese si realmente vive o simplemente sobrevive. ¿Vive la vida que siempre ha deseado vivir? ¿Está libre o atado? ¿Disfruta de la vida o es dominado por ella? ¿Determina su destino o lo determinan otros? ¿Está en controla su vida es manipulada por las circunstancias, por otros o por patrones personales destructivos? Solo una persona puede responder estas preguntas: usted.

jueves, 19 de mayo de 2011

Una Pasión Incontenible



Todo es diferente cuando hay pasión: pasión por amar al Señor, pasión por adorarle, pasión por agradarle y cumplir sus mandamientos. Pasión por trabajar con Él para que su propósito y su anhelo sean cumplidos. Pasión por rescatar a este mundo que Él creó y anhela tanto que regrese bajo su control, pasión que le llevó a enviar a su propio Hijo en rescate por muchos. En una palabra, pasión por la evangelización.
Así defino pasión evangelizadora: «Inclinación vehemente de todo el ser -espíritu, alma y cuerpo- que muchas veces está acompañada de estados afectivos, y muchas horas de oración y meditación, de estudio y de trabajo; donde los sueños de ver a todo un mundo convertido a Cristo son suficientemente poderosos para dominar toda mi vida y encauzarme a vivir solo para ello».

Pasión evangelizadora

La evangelización ha de ser nuestra vocación suprema. Jesús dijo a los pescadores: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres» (Mateo 4.19). Definió su misión de la siguiente manera: ((El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19.10). Yal final de su jornada en esta tierra inyectó a sus seguidores la misma pasión: ((Como me envió el Padre, así también yo os envío» (Juan 20.21). Este pasaje me sobrecoge. Me imagino al Señor diciéndole a sus discípulos: «Me enviaron a una misión específica, a ustedes los envío con la misma misión; me enviaron a cumplir un sueño. Los envío a cumplir el mismo sueño; me enviaron con una visión, los envío con la misma visión; me enviaron con poder. Ustedes también van con poder; me enviaron con autoridad, ustedes también van con autoridad; me enviaron con fuego y pasión por los perdidos. Ustedes van con el mismo fuego y pasión; me enviaron en humildad y obediencia. Ustedes deben ir igual que yo. “Como el Padre me envió, así también yo os envío”. ¡Qué tremendo! No había filtros especiales, no había medidas establecidas por hombres. Los candidatos no se medían con los parámetros empresariales de nuestra época (si fuera así, ninguno habría sido llamado), ni tampoco con los parámetros educativos de una institución teológica o universidad. No había compadrazgos: «Soy amigo de fulano, o primo del otro...» En el llamado de Jesús todos caben. Basta con ser obediente, sincero e íntegro. Como el Padre envió a Jesús. Me envía a mí y a usted también. Qué hermosa misión y qué hermoso lo que se nos dice en Daniel 12.3: «Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud. Como las estrellas a perpetua eternidad». Así como las estrellas guían a los marineros en alta mar, los llamados de Dios. Los que proclaman su Palabra, resplandecen y brillan en medio de la oscuridad del mundo, para atraer y guiar a los seres humanos hacia Dios.
           
La felicidad de ganar un alma

El siervo de Dios Matthew Henry, erudito bíblico entre los grandes eruditos de la Iglesia, dijo: «Para mí seña mayor felicidad ganar un alma para Cristo que granjearme montañas de oro». La pasión que tenía por su Señor se notaba con la misma intensidad cuando enseñaba a sus alumnos en el seminario que cuando evangelizaba al desvalido de la calle. En su vida. La «locura de la predicación» no tenia que ver ni con la gloria del púlpito que ocupaba. ni con el aplauso de la audiencia que lo escuchaba. Su pasión era comunicar a Cristo de la manera más sencilla. Pero a la vez de la manera más poderosa bajo la unción de la presencia de Dios. El amado David Brainerd, padre de tanta obra misionera. dijo lo siguiente: «No me importaba dónde ni cómo vivía ni cuáles eran los sacrificios que tenía que afrontar con tal de ganar almas para Cristo. Este era el objeto de mis sueños mientras dormía. y el primero de mis pensamientos al despertar». Tenía la mente llena de una sola pasión, no importaba si la actividad era del consciente o del subconsciente. Cuando una pasión es genuina de Dios, no tiene límites en el ser interior del ser humano que la vive.

La obsesión de John Vassar

Me impresiona un individuo llamado John Vassar. Vivió durante el siglo XIX en el estado de Nueva York. Era un hombre lleno del ardiente fuego de la evangelización. Tenía una pasión incontenible. Se auto titulaba «el perro del Buen Pastor», «Mi negocio», decía. «no es predicar. Mi negocio es recorrer la montaña en busca de la oveja perdida». Hay muchas historias alrededor de este hombre. Se cuenta que una vez fue a un pueblo para ayudar a un pastor durante algunos días.
El pastor lo conducía a la casa donde se hospedada y antes de entrar le dijo: «Hermano John. Allí en la otra cuadra está la herradura del pueblo. Si le queda tiempo, antes de salir de esta ciudad trate de hablar con el herrero». El pastor no había terminado sus palabras cuando ya John Vassar dejaba las maletas sobre el piso y salía corriendo corno una exhalación hacia la herrería del pueblo. Antes de diez minutos, arrodillado entre las patas de los caballos, el herrero le pedía a Dios que lo salvara. La pasión de John Vassar por traer personas a Cristo era más ardiente que el fuego de la fragua en el taller de aquel herrero. Si el fuego material del herrero podía deshacer cualquier metal, por duro que fuera, el fuego interno de John Vassar, el amor de Cristo en él, derretía al corazón más duro que confrontara con la Palabra de DIOS. Se cuenta que durante esa semana John Vassar visitó casa por casa los hogares de ese pueblo. Al saber de esto una mujer dijo lo siguiente: (Si ese extraño golpea mi puerta y me habla de religión, le cierro la puerta en las narices». Corno John Vassar no conocía el pensamiento de esa dama, conforme a su pasión fue y golpeó su puerta y le empezó a hablar de Jesucristo. Inmediatamente aquella mujer le cerró con violencia la puerta en la cara. El hermano John no huyó, ni se quejó. Solamente se sentó en el umbral de la puerta y con lágrimas en los ojos comenzó a cantar el himno: «Jamás podré mi deuda así pagar; mi ser, Señor, te doy a ti, pues más no puedo dar). Quince días más tarde en una iglesia del pueblo. Antes de ser bautizada, aquella mujer en su testimonio decía lo siguiente: ((De los centenares de mensajes que escuché, ninguno penetró mi alma corno las lágrimas de aquel forastero».
Se dice que John Vassar entró a un elegante hotel en la ciudad de Boston. En el centro del lobby del hotel vio a una mujer solitaria y se acercó para hablarle. Un rato después llegó el marido de la mujer y le preguntó a ella:
-¿Qué hablabas con ese extraño?
-Querido esposo mío, me preguntó si Jesús vivía en mi corazón; si yo estaba segura de mi salvación.
-Le habrás dicho que ¡qué le importaba! -el marido respondió.
-Si hubieras visto su rostro -replicó la mujer-, si hubieras escuchado su voz, te hubieras dado cuenta de que sí le importaba.

Nos importa la gente que sin Cristo se irán irremediablemente a la perdición eterna? Nos importa la condición espiritual de la maestra de nuestros hijos y nietos, del vendedor de periódicos. De los vecinos de nuestro barrio, del que nos vende los alimentos. Del que nos trae el correo? Nos importan nuestros familiares, nuestros vecinos, nuestros compañeros (sean de trabajo o escuela). Nuestros amigos? Lo que hace diferente a un cristiano no es el nombre de su iglesia o denominación; no es la doctrina particular que sustenta su congregación; no es tampoco la arquitectura del edificio donde se reúne para adorar; no es tampoco el entrenamiento teológico ni el gran atractivo carismático que tenga su pastor o grupo de alabanza. Lo que lo hace diferente es formar parte de ese ejército decidido que marcha por las calles del mundo conquistándolo todo. Llenándolo todo. Cambiándolo todo, saturándolo todo, dejando por dondequiera que vallas «marcas del Señor Jesús». Los que marcarán la gran diferencia en el mundo serán los cristianos que tengan una pasión incontenible por rescatar a los perdidos para el señor.

Hace muchos años, un amigo mío se convirtió en Costa Rica. Desde su conversión sintió un gran deseo de hablar a otros de lo que Cristo había hecho en su vida. Un domingo encontró en el camino a su iglesia a un viejo compañero de escuela, ahora convertido en flamante aviador. Platicó muchas cosas con el piloto, pero no le habl6 de Cristo. Cuando entró a la iglesia, el amigo siguió su camino. Tal vez esta caminata juntos hubiera sido echada al olvido, a no ser que al día siguiente los periódicos vespertinos daban la noticia triste de que una avioneta se había precipitado a tierra al despegar y el piloto había muerto. Años más tarde mi amigo fue al cementerio, yal pasar casualmente por la tumba donde se hallaban los restos del piloto. Oyó una voz: «Carlos, Carlos. No lo hagas más; no permitas nunca que nadie se hunda en la condenación porque tú no le hablaste de Cristo»
Pablo amonesta a Timoteo para que «avive el fuego que hay en él... Le dice que «haga la obra de evangelista... que «predique la Palabra… y que «predique a tiempo y fuera de tiempo... En esta amonestación al joven ministro se notan dos cosas claves: tiene que haber sentido de urgencia y tiene que haber pasión. Quiero que así sea en mi vida. No quiero perder mi vida averiguando cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler. No estoy tan preocupado si las cosas de la Segunda
Venida del Señor corresponden o no a los esquemas y mapas que los maestros enseñan. No estoy preocupado por ser encasillado dentro de una escuela teológica en particular. Lo que sé, es que antes de que el Señor venga, el Evangelio del Reino debe ser predicado en todo el mundo. Yo no tengo tiempo para las composiciones teológicas. Les dejo eso a los inteligentes. A los ratones de biblioteca. Cuando ellos tengan algo bueno para compartir. Yo estaré allí, humildemente a los pies de los maestros para aprender; pero quiero predicar a Cristo. Quiero predicar el evangelio, quiero hacerlo a un solo individuo o a multitudes enteras. Quiero hacerlo «a tiempo o fuera de tiempo... Hay dentro de mí un fuego que me consume. Hay dentro de mí una pasión que no se acaba. ¡Estoy enamorado de Cristo! Estoy enamorado de la obra completa y maravillosa de la Cruz! ¡Estoy enamorado de la <<locura de la predicación»! ¡Estoy enamorado de los miles y miles de personas que he visto desfilar ante el altar del arrepentimiento. Y estoy también. Por la fe. enamorado de los otros miles y miles que voy a ver venir a Cristo!
Hay dentro de mí una pasión que me consume. Esa pasión la comparto con mi esposa amada, con mis hijos. Con mi equipo de trabajo. Quiero predicar a Cristo. Quiero predicar el Evangelio del Reino. Quiero que todos oigan cuánto Dios los ama... Mi pasión me hace soñar. Mi sueño es el sueño de Dios también. Quiero. Como Dios quiere también, «que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad... (1 Timoteo 2.4).

Tomado del Libro El poder de Su presencia
De Alberto Mottesí.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Avivamiento




Cuando la presión que el mundo ejerce sobre nosotros es
tan fuerte. cuando el desafio es tan grande. surgen las
preguntas: ¿Por qué no me olvido de todo esto? ¿Para que
tanto afán? ¿Para qué tanto esfuerzo en medio del dolor y la
crisis? Allá afuera hay tantos negocios, hay tantos atrativos.
Tantas oportunidade~ de surgir como ser humano Quizás
mejor me regreso al mundo.No importa la dificultad que tenga que confrontar.
NO importa la escasez o burla que venga en contra suya.
Si eres un verdadero hijo de Dios siempre vas a regresar a aquel
Sublime momento cuando Dios le habló. cuando Dios extendió su
mano y le TOCÓ, cuando Dios le marcó con carbones encendidos.
Yo he aprendido algo: Por más que uno insista. Dios no
acepta la renuncia. Jeremías lo intentó y mire lo que le paso:
..Me sedujiste, oh Jehová. y fui seducido; más fuerte fuiste
que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual
se burla de mí. Porque cuantas veces hablo,
doy voces. grito:
Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.
y dije: No me acordaré Mas de Él.
 Ni hablaré más en su nombre; no obstante, había
en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos;
traté de sufrirlo Y No pude» (Jeremías 20.7-9)
 
¿A quién usará el Señor?
Yo tengo la convicción de que antes de que termine mi
generación nuestros ojos van a contemplar el avivamiento
más grande y la cosecha evangelística más gigantesca en toda
la historia del cristianismo. Frente a esta enorme movilización
del Espíritu Santo, me hago la pregunta: ¿qué clase de
mujer. qué tipo de hombre usará el Señor? Yno estoy pensando
en grandes evangelistas, ni tampoco despreciándolos ni
desechándolos del Plan de Dios. Lo que tengo en mi mente y
corazón es a los cristianos en todos los rincones del mundo:
El ama de casa que dobla sus rodillas en interseCCión; el
hombre que virilmente vive el cristianismo en la fábrica. en
el campo o en la oficina; el estudiante que vive fielmente para
Cristo en su colegio o universidad a pesar de las corrientes
ideológicas adversas
y las corruptas tendencias del momento.

EStoy pensando en el cristiano pobre. en el rico. en el que
estudió, el de los barrios marginados y el de las grandes
residencias. Estoy pensando en el cristiano que recorre los
pasillos de la casa de gobierno, como en el que está preso en
una cárcel. Pienso en el que sirve en el ejército o la marina de
guerra, y también en el hombre que vende productos de puerta
en puerta. Porque yo creo que el próximo avivamiento será
un «avivamiento laico» que envolverá a toda la cristiandad.
Hemos conocido a la Iglesia como un Pueblo santo que va
en marcha; también la hemos conocido como una Familia que
expresa amoryunidad; y también comoun CUerpo que funciona
armoniosamente. Pero ahora vamos a conocerla como un gran
ejército incontenible, invencible, vestido con toda la armadura
de Dios que va a pelear en el mundo por las naciones y va a
ganar en el nombre de Jesús. Estoy pensando en el lector de
estas páginas, no importa quién sea ni donde esté.
Sivamos a estar metidos
y comprometidos hasta la médula
en esta enorme visitación de Dios. levantando la gran cosecha
que preparará el escenario para la Segunda Venida de Cristo,
tenemos que caminar bajo la unción de la presencia de Dios.

martes, 17 de mayo de 2011

RECETA DE COCINA DE LA FELICIDAD


Ingredientes para la Felicidad

1 kg de recuerdos infantiles
2 tazas de sonrisas
2.5 kgs de esperanza
100 gramos de ternura
5 latas de cariño
40 paquetes de alegría
1 pizca de locura
8 kgs de amor
5 kilogramos de paciencia

Preparación Receta de la Felicidad
1.- Limpia los recuerdos, quitándoles las partes que estén echadas a perder o que no sirvan, Agrégale una a una las sonrisas, hasta formar una pasta suave y dulce.
2.- Ahora, añade las esperanza y permite que repose, hasta que doble su tamaño.
3.- Lava con agua cada uno de los paquetes de alegría, pártelos en pequeños pedacitos y mezcla con todo el cariño que encuentres.
4.- Aparte, incorpora la paciencia, la pizca de locura y la ternura cernida. Reserva.
5.- Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelos con la mezcla anterior.
6.- Hornéalas durante toda tu vida en el horno de tu corazón.
7.- Disfrútalas siempre con toda tu familia con el sabor de lo nuestro.


Consejo - Puedes agregar a la mezcla anterior dos cucharadas de comprensión y 300 gramos de comunicación para que esta receta te dure para siempre.

lunes, 16 de mayo de 2011

¿Que Necesitas Para Ser Feliz?


Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A
partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer
y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la
gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes,
del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En un recodo del camino vio un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida"

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo: "Estos
dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y
de vida con las personas que me rodean."

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días,
encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le
dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el
tesoro que tanto había deseado.

Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene;
disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y aceptarse así
como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener
razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la
ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar;
que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella;
que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que
sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser ÉL: amor, bondad,
reconciliación, perdón y donación total.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto gozamos con lo poco
que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."

Ser Feliz, es una actitud.